viernes, 24 de agosto de 2018

La credencial



Credencial compostelana. La credencial compostelana es la cartilla donde se van imprimiendo
los sellos por los lugares de paso obligado para llevar el control de paso
en el Camino.

La credencial compostelana es la cartilla donde se van imprimiendo los sellos por los lugares de paso obligado para llevar el control de paso en el Camino, así como. Esta se consigue de modo gratuito en muchos lugares; en otros puede variar entre uno, dos o tres euros. En mi caso, que soy de Madrid, la conseguí en la iglesia de Santiago; cuyo nombre oficial es el de Real Iglesia Parroquial de Santiago y San Juan Bautista, y era gratuita, dando la voluntad.

La credencial hay que llenarla de los sellos por donde se pernocta, ya sean albergues, hostales, hoteles, paradores, spa, etc. Para recibir la Compostela hay que sellar dos veces al día durante los últimos 100 kilómetros, lo que viene siendo desde Sarria. No es obligatorio sellar en estos establecimientos, si bien por tradición, yo por lo menos, así lo hice. A parte de en estos establecimientos que he nombrado anteriormente, lo sellan en bares, tiendas, estafetas de correos, gasolineras e incluso hay personas privadas que cogen su coche y se trasladan a ciertos lugares del Camino para vender artesanía que realizan ellos mismos y disponen de sello también.

La Credencial es el documento que examinan en la Oficina de Acogida al Peregrino de Santiago de Compostela para la certificación de que se ha realizado el Camino con los sellos en cada lugar de descanso.

No hay que tener miedo si somos de los que nos gusta seguir la tradición Compostelana de ser peregrinos lo más originales posibles y sellar en cada parroquia, catedral o lugar religioso (yo soy ateo pero me gustan este tipo de tradiciones, te unen a esos tiempos donde no había las comodidades de hoy día) porque no hace falta que sea esa misma credencial, si se llena se puede seguir sellando en otra nueva, -como me pasó a mí que en Portomarín tuve que comprarme otra-, que en Compostela miran los últimos 100 kilómetros a pie o a caballo, y 200 en bicicleta.

Hay quien no quiere la Credencial aduciendo que el Camino le hacen y no necesitan un papel que certifique que van pasando por ellos, pero es lo romántico de pensar que la credencial fue el primer documento medieval que servía como salvoconducto para muchos beneficios por parte de las poblaciones donde pasaban los peregrinos para echarles una mano o atenderles con alojamiento, comida y cuidados en los hospitales del Camino, de ahí la palabra <<Hospitalero>> a la persona encargada de regentar los albergues. De echo hoy día tiene ciertos beneficios; descuentos en el menú del peregrino, en entradas a catedrales, iglesias, etc.


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